El establecimiento de las relaciones diplomáticas entre la República Popular Democrática de Corea y la República de Cuba que tuvo lugar el 29 de agosto de 1960 constituyó una ocasión de profunda significación para animar y promover la lucha de los pueblos de dos países que se levantaron para el cumplimiento de la causa socialista y ampliar y desarrollar las relaciones de amistad y cooperación.
La amistad y unidad invencibles preparadas personalmente por los Líderes antecesores de los dos países sirven hoy día como un excelente ejemplo de las relaciones camaraderiles entre los pueblos de los países que hacen la revolución.
El gran camarada Kim Il Sung, desde los primeros tiempos de la victoria de la revolución cubana, siempre envió firme apoyo y solidaridad a la justa lucha del pueblo cubano por defender las conquistas de la revolución y construir el socialismo y no escatimó apoyo material y espiritual.
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